martes, 29 de septiembre de 2015

La importancia del arte para la educación By Anonimo





Capitulo VIII

La importancia del arte para la educación.

En nuestro sistema educacional todo apunta hacia el aprendizaje, lo que en la mayoría de los casos significa adquisición de conocimiento. Y sin embargo, sabemos demasiado bien que si el conocimiento no puede ser empleado por una mente libre no será beneficioso no hará feliz a nadie. Nuestra educación unilateral, con su insistencia en el conocimiento, ha descuidado aquellos atributos del desarrollo que son los que hacen a un ser humano bien equilibrado y que viva cooperativamente en su sociedad. El número creciente de enfermedades emocionales y mentales en los EE.UU., así como la incapacidad para convivir pacíficamente son signos temibles, e indican vividamente que la educación ha fracasado en sus más significativos. Mientras nuestras altas realizaciones en dominios especializados particularmente en las ciencias, han mejorado nuestros niveles materiales de vida, nos han apartado también de aquellos valores que satisfacen nuestras necesidades emocionales y espirituales. Las mismas han introducido un conjunto de falsos valores que descuidan las necesidades más intimas de un individuo. En un sistema educacional bien equilibrado, en que se subraya el desarrollo del individuo todo, su pensar, su sentir y su percibir deben desarrollarse por igual para que las capacidades creadoras potenciales de cada individuo puedan desplegarse. La educación artística introducida en los primeros años de la niñez puede muy bien significar la diferencia entre el ser humano adoptado, feliz y el que, pese a todo su aprendizaje, quedara como individuo desequilibro que tiene dificultades en las relaciones con su ambiente. En razón de que el percibir, el pensar y el sentir son igualmente importantes en todo proceso creador, el arte puede muy bien traer el necesario equilibrio para el intelecto y las emociones del niño.

Efecto del proceso creador

Para entender el efecto del proceso creador sobre el niño, y como los diversos componentes del desarrollos son parte inseparable de el, intentemos descubrir lo que está pasando realmente en la mente de Juanito mientras está ocupado con su pintura.
Primeramente, cuando empieza, debe pensar en ´´ algo ´´.
A menudo este ´´ algo ´´ nos parece insignificante. Para el niño, empero, significa siempre una confrontación con su propio yo, con su propia experiencia. Mientras ´´ piensa ´´ en eso, sus pensamientos se concentran sobre la experiencia que ha de pintar. Su proceso de pensamiento, la capacidad repensar y concentrarse en algo es estimulada. Este proceso intelectual inicial es parte importante de las actividades creadoras. Es evidente por sí mismo que el niño incluirá solo aquellas cosas que conoce y que son importantes para él. Importantes para él, empero, son solo aquellas cosas con las cuales ha establecido alguna relación más o menos emocional. De tal modo, sus relaciones emocionales serán parte importante en su proceso creador. Supongamos que Juanito desea pintar ´´ como juega con los niños en el patio ´´.Para Juanito el manzano que hay en el patio puede tener brotes enormes porque él los ha estando viendo crecer. Incluye los brotes en su cuadro porque son importantes para él. Son parte de su conocimiento, su observación y su experiencia. Robertito empleaba el árbol solo para trepar; los brotes no tenían significación par él y por consiguiente no fueron incluidos en su pintura. A Juanito le interesaba la vestimenta de María. María le gusta. Sus pinturas indican más detalles acerca de María que de cualquier otra cosa. Pinta a María mucho más grande que el resto, porque ella es importante para él. Su pintura, como la de todos los niños, no es una representación objetiva. Al contrario, manifiesta sus agrados y desagrados, sus relaciones emocionales son su propio mundo y con él mundo que lo rodea. Expresa no sólo lo que él conoce sino también lo que él siente, ve y toca, si ha llegado a darse cuenta sensiblemente de ello.
Para entender esto plenamente, remontémonos a nuestras propias experiencias. También nosotros solo podemos recordar las cosas en la medida en que nuestro conocimiento o nuestras relaciones personales con ellas nos lo permiten. Pensemos en las luces del transito. Todos sabemos que consisten en luces de tres colores diferentes. Nuestro conocimiento registra esto. Empero, no estaremos seguros acerca de la colocación de los colores. ¿Es la luz verde la que está arriba, o la roja? Sólo nuestra capacidad de observación puede permitirnos recordarlo. Una vez que hemos llegado a sensibilizarnos para esta particular ubicación por la observación conciente, incorporaremos esta relación recién obtenida a nuestra comprensión permanente, Estas relaciones vividas que tenemos con las cosas pueden, empero promoverse por la experiencia. Si, por ejemplo, fuéramos ciegos para los colores, tendríamos que depender de la ubicación de las luces, y muy pronto llegaríamos a darnos cuenta e que la luz roja es la de arriba. Innecesario es decirlo, cuanto más afectivas son las relaciones que establecemos con las experiencias en general, mayor es nuestra comprensión de ellas y más rica es nuestra vida, pues lo que es verdad sobre las luces del transito es también verdad acerca de las flores, los árboles y todo lo que nos rodea.
Juanito nos ha permitido, pues, a través de sus pinturas, entrar en su intimidad, en el tipo de relaciones que ha establecido con las cosas por él representadas. Por cierto que, a medida que crece, estas relaciones cambian.
Conocerá más acerca de las cosas y su interés emocional cambiara también. Cuanto mayor sea la variedad de sus pinturas, más flexible será en sus relaciones, y viceversa.
Debe recordarse, pues, que una de las tareas más importantes del maestro es alentar y motivar continuamente tales relaciones afectivas, ricas y flexibles.
A medida que Juanito continua pintando a su escena del patio, agrega cosas de acuerdo a la significación que tienen para él. Quizás sus balanceos colgado de una rama del manzano sean lo primero que se le viene a la mente. A él le gusta colgarse de las ramas. Pero ahí está, Robertito. A Juanito no le gusta Robertito, porque éste siempre se burla de él. Así es como, o según sean sus agrados o desagrados, en el color y la colocación dará expresión en su pintura a su desagrado por Robertito.
Juanito es más débil que Robertito; no puede mostrar su desagrado directamente, pero en su pintura sí lo puede. Se siente mejor después de hacerlo, exactamente como nos sentimos mejor después de haber conversado acerca de una cosa desagradable con un buen amigo.
Nos molesta guardar las cosas dentro de nosotros, dejar que ´´ nos coman por dentro ´´ .
Innecesario es decir que todo lo que Juanito hace y todo aquello a cuya acción esta sujeto tiene alguna influencia sobre él. Si en su obra creadora intenta continuamente vincular todas sus experiencias, tales como el pensar, el sentir, el percibir, (ver , tocar, etc) , unas a otras, esto puede tener un efecto integrador sobre su personalidad.
Cuando Juanito prosigue pintando su patio, incluye a Rowdy, su perro, y también a Papá , que esta clavando una empalizada. Rowdy está excavando un hoyo en la cancha. Juanito sabe que esto puede estropear la cancha y que Papá esto no le gusta. El Papá afirma la empalizada. Juanito no podría dibujar a Papá sin ponerse él mismo en su lugar fijando la estacada. Esto hace que comprenda mejor a Papá. Hasta reflexiona sobre como Papá levanta el pesado martillo para hundir las estacas en el suelo. Papá deber ser muy fuerte. Uno de los atributos de cualquier proceso creador es que nos volvemos más sensibles para las cosas con las que tenemos trato.
Si Juanito piensa acerca de su ambiente afectivamente, se le ha enseñado a hacer una de las más importantes que hoy necesitamos en el mundo: volvernos más sensibles a las necesidades de los otros. Este es uno de los prerrequisitos más vitales para actitud cooperativa. Al ponerse él en el lugar de su Papá en su pintura, Juanito ha experimentado precisamente esta necesidad vital.
Juanito no solo se ha vuelto más sensible para las cosas que pinta. También desarrolla una gran sensibilidad para los materiales que emplea. Aprende por experiencia que las líneas de un lápiz de color son diferentes si hace diferente presión sobre él, que puede emplear el extremo ancho del lápiz, que las pinturas al agua surgen fácilmente y producen lindas mezclas; todo esto lo aprende por ensayo y error, y pronto se incorpora a su técnica en el pintar. Descubrir y explorar lo que los diferentes materiales artísticos pueden dar, aprender como se comportan ´´, es también una de las tendencias importantes que el niño desarrolla a través de sus actividades creadoras. Juanito hasta aprende a predecir su comportamiento: sabe exactamente hasta que punto puede utilizar la madera, que puede hacer con alambres, que colores mezclar para obtener el que desea. Allegado a hacerse tan sensible a las reacciones de la pintura que posee gran habilidad para manejarla.
Esta habilidad, que es solo el resultado del impulso a expresarse, es una parte vital del proceso creador.
Cuando Juanito empezó a pintar la escena de su patio, tuvo que decidir donde pondría el árbol, el columpio, la empalizada y Maria y a Papá y a Rowdy y a Robertito. Tuvo que ´´organizar´´ todas estas cosas de modo que tuvieran un sentido. Lo que sabía del árbol, del columpio, de Maria, de la empalizada, de Papá y Robertito, tenia que ligarse a cómo se sentía acerca de ellos, y esto debía ligarse a la ubicación de las cosas en el papel. Dio también un color definido a los objetos que pintaba. De tal modo se estableció otro conjunto de relaciones. Toda esta organización tiene lugar en el niño subconscientemente. Pero todo ello forma parte de la personalidad de Juanito.
Virginia no puede expresarse tan flexiblemente como Juanito. Está siempre en tensión y ha desarrollado cierta inflexibilidad emocional. No puede hacer frente a situaciones nuevas como Juanito. Su mente no se adapta tan fácilmente a su ambiente, y como consecuencia de estos se ha establecido en ella cierta identidad de reacciones. Siempre dibuja la misma clases de situaciones. Su mente esta fija en una cosa y se mantiene en ella repitiéndola. Esta repetición le da cierta seguridad. Ella sabe que puede repetirse una y otra vez. Sabe también que no necesita hacer frente a nuevas situaciones cuando dibuja. Es una falsa seguridad en la que se refugia cada vez que no sabe cómo afrontar una situación. Es la misma reacción que encontramos en los niños que no pueden seguir un orden, esto es, adaptarse a una situación dada, y buscan la escapatoria en un acceso de cólera. Este acceso es también una estructura emocional, una reacción repetida que emplea el niño cada vez que es incapaz de adaptarse a determinada situación.
Juanito, a través de sus continuas motivaciones de arte, podría adaptarse flexiblemente a cualquier situación que tuviera que afrontar. Durante su proceso creador no solo empleaba su intelecto en hacer hallazgos acerca del árbol, el columpio, la estacada, Rowdy, el Papá y las otras cosas, sino que daba expresión a sus relaciones emocionales con Maria , con su perro, y hasta con el árbol ,porque gustaba trepar en él. Observaba los pimpollos, el vestido de María , y se volvió mas sensible a su ambiente. Creaba independientemente sus propias formas y conceptos. Al ponerse en el lugar de otros, aprendía las necesidades ajenas—una de las partes importantes del desarrollo social. Al organizar todas sus experiencias en un producto creador integraba todas esas experiencias en un producto creador integraba todas esas experiencias en un conjunto total inseparable, la producción estética.


Efectos negativos de los libros para copiar y para colorear

En vez de promover la educación artística como un medio de desarrollo pleno de la personalidad del niño para una caída mejor y más adaptada, a menudo inconscientemente, entorpecemos al individuo imponiéndole una educación en moldes.
Uno de los medios más comunes empleados en esta dirección son los llamados libros ´´ de trabajo`` con repeticiones estereotipadas de modelos adultos y los libros preparados para colorear; libros en que los niños son alentados a repetir realizaciones que no tienen relación con su propia e individual expresión. Tales formas de expresión regimentada no sólo no tienen en cuenta al niño como individuo sino que contrarían claramente los principios democráticos, al negar al individuo el derecho a su propia expresión.
En tiempos como estos en que la libertad individual es puesta en peligro por ciertas fuerzas políticas, la educación tiene que ser especialmente sensible en la aplicación de sus métodos.
Para comprender el efecto sobre los niños de los libros para colorear y los libros de trabajo, que contienen tales formas estereotipadas repetitivas, sigamos el proceso por el que pasa un niño mientras los emplea, y averigüemos el efecto ulterior que este proceso puede tener sobre el mismo.
Supongamos que la primera lámina que el niño tiene que colorear es la de un perro. Tan pronto al niño se lo enfrenta con la tarea de seguir un lineamiento predeterminado, le hemos impedido que resuelva sus propias relaciones creativamente. Su relación con el perro puede ser de amor, amistad, desagrado o temor.
No hay oportunidad para él de expresar su relación y de tal modo se alivie de las tensiones de alegría, odio o temor. No hay lugar a expresar ansiedades en los libros para colorear. No hay siquiera lugar diferencias individuales de Juanito y Maria. Al llenar los contornos dibujados, han sido regimentados en el mismo tipo de actividad, sin tener en cuenta su diferencias en cuanto individuos. Por cierto, algunos niños, que no se dan cuenta de todas estas implicaciones y que son un poco perezosos por naturaleza, gozan coloreando el dibujo de un perro; pero a medida que lo colorean con lápiz comprenden que nunca podrían dibujar un perro tan bien como el que están coloreando. Hasta pueden sentirse orgullosos cuando están entregados a esa actividad. Después de todo, han coloreado el perro. La próxima vez, en la escuela o en cualquier otra parte, cuando a uno de esos niños se le pida que dibuje algo, recordara el perro del libro para colorear. Comprendiendo que no puede competir, contesta, muy lógicamente: ´´ No puedo dibujarlo ´´.
He oído a muchos maestros y padres que dicen: Pero a mis niños les gustan los libros para colorear ´´. Esto es perfectamente cierto. Pero es que los niños en general, no saben distinguir entre las cosas que hacen bien y las que los perjudican. Que les guste una cosa no es siempre un indicio de que sea buena para ellos. La mayoría de los niños prefieren los dulces a las legumbres, y sin duda siempre los seguirán prefiriendo. Esto no significa, sin embargo, que hemos de atendernos en su dieta a los dulces. Los niños, una vez condicionados a la sobreprotección, gustan también de ella. En verdad llegan a depender tanto de ella que no pueden gozar más de su libertad. En incontables casos he visto padres que lo hacen todo en lugar de sus niños—niños a quines les basta estirar la pierna para que les anuden el cordón del zapato o girar la cabeza para que su cabellos sea peinado casi automáticamente. Hay niños que se sientan en medio de sus juguetes sin saber que hacer con ellos, o que salen en excursión y se sientan solos en un rincón mientras los otros gozan de si libertad y juegan.
Una vez condicionado a los libros para colorear, un niño tendrá dificultades para gozar de la libertad de crear. La dependencia que tales métodos crean es devastadora. La experimentación y la investigación han demostrado que más de la mitad de los niños sometidos a la acción de los libros para colorear pierden su capacidad creadora y su independencia de expresión, y se vuelven rígidos y dependientes.
Algunos maestros podrán decirle a uno todavía que con el libro para colorear el niño aprende la disciplina de permanecer dentro de la línea de una figura ( área) determinada. Los experimentos han demostrado que eso tampoco es verdad. Hay más niños que colorean fuera de los límites en los libros para colorear que en los de objetos que ellos mismos dibujan. Si Juanito dibuja su perro, tiene mucho mas incentivo para quedarse dentro de su contorno que si colorea un perro de un libro para colorear con el que no tiene relación alguna.
Es pues , cosa probada mas allá de toda duda que posprocedimientos imitativos tales como los que se encuentran en los libros para colorear los libros de trabajo hacen al niño dependiente en su pensar ( no le dan la libertad para crear lo que quieren ; lo vuelven carente de flexibilidad, porque tiene que seguir lo le ha sido dado ; no le proporcionan alivio emocional porque no le dan oportunidad de expresar su propia experiencia y obtener de tal modo una liberación de sus afectos; ni siquiera promueven la habilidad y la disciplina porque el impulso hacia la perfección del niño surge de su propio deseo de expresión; y finalmente, condicionan al niño a conceptos de adulto que él no puede producir por si solo y que por consiguiente, frustran su propia ambición creadora.
La gran contribución de la libre expresión artística a nuestro sistema educacional y a nuestra sociedad reside en la importancia que da al individuo y sus potenciales capacidades creadoras, y por sobre todo la capacidad de integrar todos los componentes del desarrollo que da por resultado el ser humano bien equilibrado. Para nuestros niños, por consiguiente, el arte ha de convertirse en el amigo al que naturalmente se vuelvan con sus alegrías y sus tristezas – hasta inconscientemente un amigo al que acudan cada vez que las palabras resulten insuficientes.

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