La casa grande resultó verdaderamente un hermoso palacio, aunque transcurrió algún tiempo antes de que todas entraran en él, y Beth le fue muy difícil pasar junto a los leones. El señor Laurence era el mayor de los leones. ', pero después que las visitó, dijo algo gracioso o amable a cada una de las chicas y conversó de los tiempos pasados con la señora March, ninguna, excepto la tímida Beth, le tuvo ya mucho miedo.
El otro leon estaba representado por el hecho de que ellas eran pobres y Laurie rico, pues esto las inclinaba a rechazar favores que no podrían devolver. Pero al cabo de un tiempo descubrieron que él las consideraba como sus benefactoras y que nada le parecía bastante para demostrar cuán agradecido estaba a la maternal acogida de la señora March, a la alegre compañía de las chicas y la comodidad espiritual que encontraba en ese humilde hogar. Y así ellas olvidaron su orgullo e intercambiaron atenciones sin ponerse a reparar si una era mayor que otra.
Toda clase de cosas gratas sucedió en esa época, pues la nueva amistad crecía como la hierba en primavera.
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